
Pero Grant esta ahora en Belgrado, después de dos experiencias no muy agradables en el Portsmouth y el West Ham. Exceptuando el club del sur de Inglaterra, tanto en el Chelsea como en el West Ham recibió amenazas de muerte. No es nada original, pero no deja de ser triste: grupos de extrema derecha que no quieren tener un entrenador judío. En el Partizan también las ha recibido, y eso que lleva pocas semanas trabajando. En este caso, de los aficionados del Estrella Roja, el eterno rival del Partizan. En el fútbol, los intolerantes siempre tienen hueco, desgraciadamente. Pero también hay gente con coraje como Grant.
Grant ha vivido en carne propia lo que han vivido muchos jugadores o técnicos de religión judía que han probado fortuna en Europa. Insultos y amenazas de corte antisemita, normalmente los mismos imbéciles que insultan a un magrebí o a un jugador negro. Grant ha recibido estas últimas amenazas en una ciudad donde todavía queda una comunidad judía bastante sólida, aunque el paso de la Segunda Guerra Mundial por Belgrado fue especialmente cruel. Aquí los nazis decidieron hacer experimentos para ver si habían formas más económicas que enviar a los judíos a lejanos campos de exterminio. Inicialmente, se practicó el conocido como "holocausto con bala" contra los hombres de la ciudad. Pero después los nazis intentaron asesinar el resto de judíos de Belgrado con un método que consistía en hacerlos subir a camiones, donde quedaban cerrados herméticamente. El conductor modificaba la trayectoria del tubo de escape, y el humo iba directo hacía dentro del compartimento, ahogando a las personas. Los conductores estaban horas dando vueltas, iban a un prado, y descargaban los cadáveres. Así murieron miles de personas, tal y como narra en su fantástica novela "Goetz y Meyer" el escritor serbio David Albahari, que perdió muchos familiares así, al ser todos judíos.

Grant se ha interesado por estos hechos ya que su familia recibió de lleno el paso de la historia. Por ejemplo, justo el día después de clasificar el Chelsea para la final de la Champions, Grant pidió permiso al club para volar hasta Polonia para participar en los actos del "Yom HaShoah", el día en que los judíos recuerdan el Holocausto . Grant voló hasta Cracovia para estar con su hijo en Auschwitz, donde algunos familiares suyos murieron durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora, el técnico fue más allá. No hizo sólo una peregrinación a Auswchitz. También peregrinó a un gualg soviético. Porque la historia de los Grant es más compleja. Como tantos y tantos ciudadanos del este de Europa, el dolor les llegó proveniente del este y del oeste. Con una esvástica y una hoz y un martillo. Grant explica que cuando tenía 15 años, escuchó como su padre Meir Grant se desvelaba de noche gritando. Asustado, él fue a verlo, y éste le contó por primera vez su historia, historia que pretendía olvidar, silenciarla. Su padre le contó cómo había soñado los bosques rusos donde se había visto obligado a enterrar con sus manos a cinco hermanos y a sus padres. El joven Avram ni entendía porque su padre nunca le había contado todo, ni cómo podía ser una persona tan optimista con ese pasado.
La familia Grant se llamaba originalmente Granat (Avram Grant fue quien se cambió el apellido) y vivía en la ciudad polaca de Mlawa. Era una familia muy religiosa, ortodoxa, de gente muy modesta. Gente que en 1939 vio con miedo como los nazis invadían Polonia. Primero, fueron obligados a marchar cerca de Varsovia, donde los Granat decidieron huir justo antes de que los judíos fueran obligados a vivir en un Ghetto. Sufriendo, cruzaron la frontera con la Unión Soviética justo antes de la invasión nazi, pero las autoridades soviéticas no recibían con buenos ojos a los refugiados polacos, ya que se habían partido ese estado con Hitler y no querían saber nada de los polacos . Judíos o no judíos. Los Granat pues, fueron deportados al norte de Siberia, en la región de Komi. Cuando la familia fue abandonada en medio de un bosque, los guardias les dijeron "construid una casa o moriréis" . No había ni guardias, pues la naturaleza ya ejercía de prisión natural. Meir Granat, que tenía 15 años, vio como su familia moría poco a poco de hambre y cansancio. Los enterró en la tierra, congelada, ya que durante los meses más fríos las temperaturas bajaban hasta los -40 grados. "Cuando enterré a mi padre, me corté los tirabuzones rituales y me quité la kippah. Había perdido la fe en Dios y la religión. Necesitaba sobrevivir y la religión había perdido sentido" , recordaba el padre del entrenador.
Después de la guerra, los pocos supervivientes de la familia fueron repatriados a Polonia, donde no tenían nada. De hecho, muchos civiles polacos miraban con odio a los judíos, con miedo por si querían revancha o considerándolos culpables de sus desgracias. Meir Granat decidió ir a vivir a Palestina, siendo de aquellos judíos que los británicos capturaron, encerrándolos en una prisión en Chipre. Finalmente, con la creación de Israel, encontró un nuevo hogar en Petach Tikvah, donde conoció a una mujer con quien se casaría, Aliza Nisán. Una inmigrante judía que provenía de Irak. Otra historia apasionante que explicaré en otra ocasión. El primero de sus tres hijos, Avram, fue bautizado así en honor a su abuelo, enterrado en Siberia. Trabajando en una fábrica, Meir Granat vio como sus hijos se volvían grandes aficionados al fútbol, deporte que él ya jugaba en Polonia. En 2009, Avram Grant recibió la noticia de la muerte de su padre, declarando que había muerto "mi padre, mi luz, mi guía, mi héroe. Era único" .
Curiosamente, pocas semanas antes de la muerte de su padre, el técnico había decidido hacer una peregrinación en la región de Komi, donde perdió cinco tíos y dos abuelos. El gobernador de la región de Komi había leído la historia de los Grant en un periodico y lo invitó a visitar el campo de internamiento de Rabog, al norte de la región. Y con razón, ya que Avram Grant es muy buen amigo de Roman Abramovich, uno de los hombres más poderosos de Rusia. "No podía entender cómo se podía sobrevivir en un lugar así durante tres años y medio" , afirmó el actual entrenador del Partizan.
El presidente de la República de Komi incluso ofreció a Grant documentos donde aparecían sus familiares y la descripción del área donde fueron enterrados. Eran documentos del KGB donde se decía que su abuelo Avram murió el 5 de enero de 1941 de miocarditis, y la abuela Ruda Grabat, de neumonía el 31 de mayo del mismo año. "Mi padre estaba ya muy grave y no me entendía. Cuando lo llamé desde Komi se limitó a decirme: Porque vives el pasado? El futuro, la vida es el futuro" . Poco después moría. El hijo sin embargo, quiso "cerrar el círculo. Para mí, es importante el pasado, comprender de dónde venía mi padre y poder ser así más fuerte. Si él mantuvo la risa después de aquello, había que entenderlo todo" .
Avram Grant empezó en Belgrado con mal pie, con dos empates. Ahora ya lleva dos victorias consecutivas y su equipo es líder. Sigue teniendo cara de cabreado, pero dicen que en la intimidad, suele ser bastante risueño. Aunque reciba amenazas de muerte de descerebrados.