Efectivamente, el
Comité de no intervención fue formado durante el mes de
Agosto de 1936 por todos los paises Europeos (excepto Suiza), para vigilar y evitar cualquier intervención militar extranjera en el conflicto. Para facilitar esta acción en el mar dividieron las aguas territoriales españolas por zonas, asignandose el control de las mismas a las diferentes potencias.
Básicamente el Cantábrico-Atlántico (hasta el estrecho) correspondía a Inglaterra-Francia, y el Mediterráneo a Italia-Alemania (como bien indicais en el texto). Ya te confirmaré exactamente este último detalle.
Sin embargo el
17 de Noviembre de 1936 se produjo una reunión en Roma. Por parte italiana participaron el
Almirante Pini y el
Contraalmirante Gianberardino, por el bando alemán el
Capitán de fragata Lange y el
Capitán Heye. Aquí se redactaron unas normas sobre la cooperación entre las dos armadas, con referencia en particular a las operaciones submarinas a lo largo del Mediterráneo español.
El primer resultado práctico (de una larga lista) de esta reunión llegó el
27 de Noviembre del mismo año, con el torpedeamiento del crucero
Miguel de Cervantes por el submarino
Torricelli. Es curioso observar como Italia y Alemania hicieron la guerra naval por su cuenta hasta la firma de los acuerdos de Cadiz con la España nacional (
29 de Diciembre de 1936), a bordo del crucero
Canarias.
De principio a fin Francia e Inglaterra siguieron una política de
no intervención casi absoluta, en la esperanza de que Italia y Alemania observaran el mismo principio. Cuando constataron que era un fracaso percibieron una amenaza clara del eje contra los paises democráticos y Rusia.
Lo más grave es que a partir de ese momento tuvieron la certeza de que la guerra estaba perdida para la
República, hecho que no les preocupaba en si excepto por sus repercusiones estratégicas en el plano internacional.
Había que hacer algo (jurídicamente válido), aunque solo fuese para demostrar que las grandes democracias no rehuían sus responsabilidades.
Así que en el
29 de Agosto de 1937 los franco-británicos firmaron el acuerdo de
Nyon, adoptando por primera vez una postura firme con respecto al apoyo camuflado a los nacionalistas. Inmediatamente unos cien barcos ingleses y franceses entraron en el Mediterráneo, la desaparición inicial de los buques de guerra italo-alemanes (especialmente submarinos) fue fulminante.
Esto enseñaba una lección muy clara: si se quiere ser prudente hay que mostrarse firme, porque el peligro viene de la debilidad. El fascismo solo entiende la fuerza.
El propio
Churchill dijo:
"... jamás desde los días del César, el fiat de Roma ha pacificado el Mediterráneo de manera tan instántanea".
Sin embargo muy pronto los navíos franceses e ingleses se limitaron a proteger exclusivamente a sus propios mercantes. En el momento en que España pidió que esta protección se extendiese a los mercantes republicanos, se le denegó esta posibilidad sin contemplaciones.
Puro cinismo para una farsa vergonzosa.
Cuando el
3 de Febrero de 1938, en Londres, los periodistas preguntaron a
Dino Grandi (representante italiano en el
Comité) si era verdad que Italia había suministrado submarinos a
Franco y enviado
40.000 hombres, éste contestó:
"... esa pregunta es demasiado grotesca para tener que desmentirla". Sin embargo los submarinos ya habían llegado en Abril del año anterior, y en España combatían
54.000 italianos.
Cito una frase del historiador
Juan García Durán:
"... lo único que hizo la no intervención fue no intervenir en la intervención".
La
no intervención eran Inglaterra y Francia, Italia y Alemania continuaban con un juego en el que tenían todos los triunfos... Rusia, mientras tanto, se limitaba a
patalear.
Paradójico, pero así se escribe la historia.
Saludos.
