Ya en mi pequeño rincón (y como comandante soy el más afortunado) me pongo a ordenar mis pertenencias. ha sido un día duro y no he tenido tiempo hasta ahora.
Encuentro encima de la mesilla varias fotografías tomadas antes de partir.
Me impresionó la envergadura de aquel mastodóntico petrolero. Sus tripulantes deben demostrar mucho valor, siendo consciente de que sus traseros reposan sobre miles de litros de materiales inflamables. Valor o resignación, temiendo el momento en el que la fatídica estela de un torpedo se dirija hacia ellos.
Los restos de viejos mercantes hundidos se apostan aqui y allá, tristes y silenciosos testigos de un pasado (y un presente) violento.
Siguen encantándome las bellas líneas de algunos de buques mercantes amarrados a puerto.
