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En esta ocasión, el clamor es irreprimible. Las dos detonaciones han rasgado el silencio tenso que nos atenazaba.
Nuestro radiooperador nos informa de que entre toda la algarabía se oyen turbinas de alta velocidad, a popa y a proa, pero en ambos casos, lejos y sin visos de que nos hayan detectado. En estos momentos, solo el comandante sabe el número de escoltas que acompañan al convoy... si es que realmente lo sabe.
El comandante vacila un segundo. tras el último informe del escucha enterecierra los ojos, y durante un instante evalua decenas de posibilidades. Finalmente, vuelve a trepar por la escalera, en dirección al periscopio de ataque.
Volvemos a ascender a cota periscópica. Navegación silenciosa.
Oimos zumbar el motor del periscopio desde la central. luego más ordenes rápidas y precisas en voz baja. Instantes después, otro torpedo abandona la nave. Más tarde me entero que su misión es rematar al primero de los buques atacados, al Liberty, ya detenido. Al parecer la escora que presenta no es suficiente, a ojos del comandante. El otro carguero, el C2 sigue navegando pero una intensa humareda y el ruido de explosiones indican que ha sido severamente dañado.
El cuarto torpedo alcanza su objetivo. Mamparos que se rompen. El Liberty se va a pique, finalmente. Pero... ¿Y el C2?
No obstante, no esta mal... cuatro lanzamientos, cuatro impactos. Todos ellos realizados desde una distancia cercana a los 4000 metros.
¡ASDIC! Un sudor frio recorre mi frente. De algún modo sabía que este momento llegaría. tras este último lanzamiento, el comandante nos ha expuesto demasiado. Ya saben donde estamos. Ahora somos nosotros el ratón y ellos el gato. Al parecer, un destructor yankee de la clase "Town" ha sido el primero en detectarnos. Se unirán pronto a la caza sus colegas británicos. Aún no sé cuantos son.
Cerramos los tubos, y descendemos a 80 metros. El ping del enemigo nos taladra las sienes y el alma. Nos tienen bien pillados.
Pronto pasan por encima nuestra, según informa nuestro escucha. No hacía falta. El ruido de turbinas reverbera en todo el submarino.
¡Cargas en el agua! El comandante ordena bajar cinco metros más, avante a toda máquina. todo a babor. Todo ello en el último momento. Quiere alejarnos del convoy. Veremos cuan pertinaces son nuetros perseguidores.
Tres, cuatro, hasta cinco tremendas explosiones consecutivas nos sacuden violentamente. La espera se tranforma en pánico.
Logro oir que hay daños importantes en la sala de máquinas. La diesel de estribor ha sido completamente destruida, y hay vias de agua muy serias. Los chicos se ponen a trabajar.
Caemos como una piedra hacia el fondo. 100 metross, 120 metros, 140...
El comandante ordena avante a toda potencia. No iremos a más de 5 ó 6 nudos, pues también han alcanzado a la batería trasera. También se trabaja a destajo en ella, en medio del caos.
Lo primero, reparar el compresor,que ha sido dañado también, evacuar el agua, y con toda la potencia de que disponemos, ascender, o al menos dejar de hundirnos...
La manilla del profundidad deja de descender hacia el infierno. Aunque sea a toda máquina, logramos estabilizarnos. Nos deben estar oyendo incluso sin los auriculares...
Llegan informes confusos. Al parecer hay un herido grave. Ignoro aún de quien se trata.
Continuará...