- Yo he leído creo que dos de Clive Cussler.
Y son como un libro de Marcial Lafuente Estefanía, pero de espías en vez de vaqueros y de un autor extranjero, en vez de español. La misma calidad literaria. Intriga, emoción a raudales y simpleza, estereotipos y superficialidad infinitas.
- Un libro antiguo pero bueno y reflexivo, del que pusieron la película hace unos meses: "La hora final", de Nevil Shutte. Asfixiante final de la vida en La Tierra después de un holocausto nuclear en los años 60.
- Otro difícil de encontrar, pero apasionantemente escrito, interesantísimo, con muchísimos conocimientos curiosos y útiles... "Sobrevivir", de Vitus B. Dröscher. Un libro sobre muy diversos comportamientos animales que hacen reflexionar sobre muchas cosas en las que no pensamos habitualmente y reflexionar y replantearnos importantes cuestiones y estrategias.
- Por último, acerca no ya de libros, sino del debate propuesto por Corkran, no le veo inconveniente siempre y cuando se mantenga en el terreno filosófico y teórico. Es decir, no tocar temas concretos, en los que las posiciones tomadas, los aspectos subjetivos, la información parcial y muchos otros aspectos pueden producir encontronazos más debido a falta de entendimiento que a otra cosa.
Es decir, que no veo inconveniente en decir que para mí el sentimiento de patria, sea la patria que sea, no deja de ser sino un sentimiento de pertenencia a un grupo. Para mí eso tiene graves aspectos negativos: definiendo nuestro grupo y nuestra pertenecia a él, hacemos una discriminación con los que no le pertenecen. Eso tiene raíz en la necesidad humana de seguridad. Lo desconocido, sea una persona, un pueblo o una costumbre, nos produce incertidumbre, motivo por el cual se rechaza, en beneficio de lo que conocemos. Es común a toda la humanidad. Necesitamos un entorno lo suficientemente conocido para que sea controlable. Sea laboral, social, político... Pienso que se debe tener algo más de sentido común: lo conocido y lo desconocido, básicamente en principio, es igual de bueno o malo. Ní nuestro país, sea el que definamos como tal, ni nuestros nacionales, son mejores ni peores que los de los otros. Sencillamente, a unos los conocemos y sabemos a que atenernos con ellos y a los otros no. Pienso que es más enriquecedor intentar conocer a esos otros que marginarlos al definirlos como no pertenecientes a nuestro grupo.
¡Coño con como me he levantado hoy lunes!

Después de esto me echaré a descansar el resto de la semana
