No he visto la película y tampoco tengo intención de verla. Lo cierto es que últimamente aparece a menudo el año 2012 en relación con el calendario Maya y profecías de Nostradamus en los medios de comunicación. Sin ir más lejos, tan sólo hace 48 horas que por el canal Historia vino un reportaje de dos horas relacionado con el tema.
De la gran Época.com
Según el Calendario del Largo Conteo Maya, el 21 de diciembre de 2012 es el fin de esta civilización humana. Los seres humanos entrarán en una nueva civilización, la cual no tiene ninguna relación con la presente. La gente maya no mencionó la causa. Una cosa es clara: el último día
no significará el arribo de ninguna calamidad; en vez de esto, implica una completa nueva conciencia cósmica y una transición espiritual hacia la nueva civilización.
La gente maya no tenía la tecnología avanzada que tenemos hoy, pero eran sorprendentemente expertos en astrología y matemática. Además, había muchos acertijos sin resolver. Ellos tenían avanzados sistemas de rutas, pero no usaban ruedas. Por lo tanto, ellos no tenían que criar ganado y caballos. Sin embargo, conocían cómo fabricar ruedas, ya que después se descubrió que los mayas usaban ruedas para hacer juguetes para sus niños.
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Bueno, lo de que no habrá ninguna calamidad es un decir. No se trata de alarmar a la gente o que cunda el pánico antes de hora.
Lo cierto es que habrá un cambio totalmente repentinos con muchas y muy malas

sorpresas.Podrían ser debidas, entre otras muchas causas, al calentamiento global de la tierra con todas sus consecuencias que producirían un efecto dominó: inundaciones, hambrunas debido a ello y a falta de cosechas, crash bursátil, catástrofes, terremotos, ciclones, etc. Lo cierto es que ya existe una crisis agrícola que podría acentuarse. Las catástrofes van aumentando de
manera progresiva en los últimos años.Son los científicos los que auguran tales acontecimientos. No hay necesidad de acudir a los "magos" para ver que esto es así.Las ideologías se vuelven más radicales a todos los niveles.En una palabra: de un optimismo virtual pasaremos de la noche a la mañana al peor de los pesimismos reales.
¡

Me gustaría equivocarme!