Bueno, la verdad es que de esta manera le pedí matrimonio a mi esposa.
Hice que nos sirvieran un par de copas de Champagne y dentro de la de ella habían depositado previamente el anillo de compromiso.
Brindamos y después del primer sorbo, y como la copa era de esas altas y con la luz de local no se podía apreciar mucho, ella no lo vio. Me acojone pensando "A ver si en el próximo sorbo se lo traga y montamos aquí un festival solicitando algún medico en la sala". Así que me lleve la copa a la altura de los ojos y comente algo sobre el color de liquido. Ella hizo lo mismo, y lo vio.
¡Dijo que si!
