El pequeño submarino comandado por el bravo y experimentado Kapitänleutnant Wilhelm Zahn esta en una situacion ideal de tiro en su tercera patrulla. Llevan siete dias navegando en su escualida "piragua". El Kaluen mira a su primer oficial a los ojos y le señala el visor del periscopio. Mantiene la mandicula apretada, hace calor y el silencio dentro del submarino es total. El veterano Oblt. Herwig Collmann le sostiene la mirada y se acerca. Toda la tripulacion esta expectante pues las dos anteriores patrullas se han desarrollado antes de la apertura de las hostilidades. El ruido de las helices de los tres monstruos se va haciendo cada vez mas nitido y proximo. Los apenas 290 tn de desplazamiento del IIC frente a las miles de Tn de los tres gigantes. David contra Goliat.
Herwing debe pensar, pensar rapido. Pasan por su mente su mujer, sus hijos, la patria, su tripulacion, las ordenes...la muerte...confia en su capitán. Forman un equipo. Los acorazados se estan acercando rapidamente y la posicion de tiro es ideal. Los motores electricos estan ya parados y se mueven a dos nudos por la inercia. Los tres tubos estan cargados y sólo hay una oportunidad. Los destructores siguen su derrota y no hay señales de ASDIC. No los han detectado.
Zahn tiene 29 años. Se alisto en 1930 y ha estado destinado previamente en el U35 y el U33 como primer oficial. Es un hombre de Donitz. Conoce su trabajo. Es su primera patrulla de guerra y tiene una oportunidad. No puede fallar.
Los dos hombres se miran y tensos asienten con la cabeza. Lo haran.
Zahn se concentra en el Nelson, va en cabeza. Piensa que la confusion creada por los impactos de las tres anguilas y la maniobrabilidad de su tipo II le permitiran escabullirse.

Zahn en la vela del U35...junto con Lott y Vollmer.



Tras realizar los calculos de tiro ordena el lanzamiento. LOSS.
A menos de mil metros dos peces arrumban a su objetivo. Demasiado grande para fallar. Inmersion de emergencia a 60 metros y a esperar la detonacion. Se vuelve a oir el zumbido de los motores electricos.
Tres cronometros en marcha.
Wilhelm prefiere cerrar los ojos mientras sus oficiales mantienen el equilibrio agarrados a las barras. Los 12 grados de inclinacion y los motores impulsan la piragua al fondo. Les pasaran por debajo de la quilla.
Las explosiones no llegan...no llegan. Impaciente mira a su sonarista y se dirige hacia él. Zahn esta seguro de sus calculos. Toma los auriculares y puede oir con claridad las helices del Nelson. De hecho se oyen sin necesidad del sonar.
A los 47 segundos del lanzamieto dos golpes secos. Es el impacto de los torpedos cotra el coloso...pero no hay explosión.
Han fallado. El convoy sigue su curso rapidamente y sin inmutarse.
HAN FALLADO.
NOTA: novelado pero basado en un hecho real sucedido el 30 de octrubre de 1939.