Silencioso escribió:
Os imaginais si alguien saca ahora al mercado "Lo que le viento se llevó 2"?
¡Esque existe! ¡Se llama Scarlet!
Respecto a lo demás comentar que Sony Pictures y su delegación Iberica, como toda gran multinacional tendrá en la nómina de la delegación española un número considerable de miembros pertenecientes al departamento de marketing, relacciones públicas y asuntos jurídicos. Si son incapaces de darse una vuelta por el Fnac, o el Corte Ingles, igual se la dan por aquí, con lo que yo no pienso hacer el trabajo gratis de unos señores que están en ese momento cobrando por tocarse los huevos. Y sino han tomado las medidas oportunas es porque no tienen por donde cogerlo. Y viene a cuento porque lo mínimo que podrían haber hecho es sacar una nota de prensa en las revistas especializadas.
A nosotros que es dificil colarnos una, hemos destapado el engaño de aprovechar el tirón de un clásico para comerciar una película con el nombre cambiado y de por sí vieja (1991) con evidentes intereses económicos. Sobre cambiar el nombre a una peli no hay nada escrito. Supongo que si le cambia el nombre la propia distribuidora de la misma sabe que lo hace porque hay un limbo legal. No obstante todo el mundo copia a todo el mundo. En el cine, coches, TV (telebasura), moda, etc. No hay un registro de patentes y marcas referido al mundo del cine y la TV.
Supongo que el autor de la obra podrá cambiar el nombre de la misma cuantas veces quiera siempre que lo haga él. ¿Que es lícito? pues sí. ¿Que es ético? pues no. ¿Que juegan con la ilusión de la gente? no te quepa ninguna duda.
Te puedo decir que las marcas cuando ven sus intereses afectados bien que se lo toman en serio. Un ejemplo que todos podemos entender: ¿Os acordais del Ferrari Daitona negro que conducía el Guaperas de Don Johnson en corrupción en Miami, pues resulta que era de mentira. Era una réplica muy pero que muy bien hecha, que construía una empresa americana y daba el pego. Pero aquí llego la Ferrari y les metio una denuncia de padre y señor mío. Esa es la razón por la que más tarde conducía un Testarrosa blanco.