




A ver si es envidia o no 。。。。。。。。。
Y ahora vas y lo cascas
Moderador: MODERACION
*M Thiers Paso de poner lo que fue no hace falta, un capullé, Llegó a ser presidant pruvisionel du la tegcega gepùblica gabacha...mediante la obra realizada por el Sr. Cróquer, España posee ya la documentación suficiente para que la Historia de aquel hecho militar pueda ser escrita de una manera definitiva, sin entrar con nadie en polémicas bastardas3 sino haciendo las afirmaciones rotundas que demanda la autoridad de los documentos, y que Ja promoción, por medio de la iniciativa y el favor del Gobierno de S. M. para que esta Historia se escriba, frente á cuanto puedan escribir los extranjeros, es un servicio eminente que reclaman, después de las críticas injuriosas de M. Thiers* y los que han seguido sus pasos, aunque atenuándolas tímidamente, el honor de la patria y el prestigio de nuestras armas.
Queda al académico que informa el escozor de que la exploración de estos documentos no se haya practicado en causa propia, sino á instancias de una moción extranjera; y aunque sus ideas sobre este particular ya antes han sido apuntadas, con todo el acatamiento que merecen los altos poderes del Estado que han dictado esta disposición para la entrega de las copias de estas piezas tan numerosas é importantes á la Sección Histórica del Ministerio de la Guerra de Francia, se atreve á representar ante la Academia cuan oportuno sería llamar la atención del Ministerio de Instrucción Pública sobre esta clase de concesiones á las solicitudes con que de vez en cuando dé fuera se asedia a los Departamentos de que dependen los Archivos en que estos pedazos de la Historia y de la honra nacional se custodian.
Aquí aporto mi gránito de arena en el ojo franchute que como todos sabemos hace ya que les escuece... El culo!Y de todas maneras los escritores franceses, que, con la autoridad literaria y política de M. Thiers han escrito sobre un hecho de armas, que aunque influido por la política del imperio napoleónico y comandado en jefe por uno de sus almirantes, en su desarrollo .trágico y en sus consecuencias más trascendentales fué más una
acción militar española que francesa, sin duda con la fe de sus documentos propios, que hasta ahora en España se desconocen, han llenado de sombras y de injurias la calificación de los españoles
que se hallaban al frente del Gobierno de Carlos IV en aquelía ocasión, y á los mismos que heroicamente sufrieron los
riesgos del combate, y no correspondía á España que, antes de publicarlos ella, prestase á los extranjeros que así nos han tratado...
se trasladó á la corte el general Gravina, y ante el Príncipe de la
Paz no reservó de sus opiniones el concepto que le merecía
el jefe de la escuadra aliada. «Dijo * que le faltaba la energía de voluntad, la prontitud del ánimo y aquel arrojo militar que decidía el triunfo y ase guraba los sucesos en los instantes críticos; que era valiente y esforzado, pero irresoluto y tardo para el mando...
Churruca en junta privada conovacada por Gravina«No apruebo la salida de la escuadra combinada porque está muy avanzada la estación y los barómetros anuncian mal tiempo; no tardaremos en tener vendaval duro, y por mi parte creo que la escuadra combinada haría mejor la guerra á los ingleses fondeada en Cádiz que presentando una batalla decisiva. Ellos tienen con qué reponer las naves que les des trocemos en un combate; pero ni España ni Francia cuentan con los recursos marítimos de guerra que posee la Inglaterra. Además, el reciente combate sobre cabo Finisterre ha hecho ver que la escuadra francesa es espectadora pasiva de
las desgracias de la nuestra;...”
Instituto de Historia y Cultura Naval
XIV
LA ESCUADRA ALIADA EN CÁDIZ
1805
Pag 8/9 y 22,23
(La discusión entre los mandos españoles y franceses)
El Consejo se reunió á bordo del navio Bucentaure, asistiendo por parte de la armada francesa, aparte de Villeneu-ve, presidente, los contraalmirantes Dumanoir y Magon y los comandantes Cosmao, Maistral, Villegris y Prigny. Por la de la armada española fueron los tenientes generales Gravina y Álava, los jefes de escuadra Escaño y Cisneros, y los brigadieres Galiano y Churruca; seis á seis, á fin de tener igual representación en los votos. Ofrecida galantemente la primacía de la palabra á los españoles, expusieron que, estando todos conformes en opinión, después de deliberar privadamente, se atenían á lo que manifestara el mayor general don Antonio de Escaño, al que hacían intérprete de sus sentimientos ', y éste disertó con calma, examinando el estado de los navios españoles, listos y en disposición de dar la vela, sin más falta que la de buena marinería, que no había sido posible remediar. Hizo atinadas observaciones sobre la diferencia entre la gente que componía las tripulaciones, cuya mejor parte procedía de los barcos de cabotaje y de pesca; entre el total escaso y poco diestro, y el de la armada enemiga, mantenido constantemente en la mar y en escuadras desde el año 1793, ejercitado en el manejo de la artillería, que ejecutaba con rapidez y precisión incomparables, lo mismo que la maniobra del bajel suelto ó acompañado, en división y escuadra 5. Llamó la atención respecto á las diferencias que,por otro lado, y en favor de la armada franco-española resaltaban, entre estar al ancla, con seguridad y á cubierto de
todo ataque con la avanzada de fuerzas sutiles, y sostenerse cruzando en un saco peligroso durante el invierno que se acercaba, como habrían de hacerlos ingleses si ellos estabanquedos. Por último, razonó que las órdenes superiores no obligan más que á lo posible, y nunca sirven de excusa ocurriendo un descalabro, que él veía seguro si se mandaban levar las anclas sin que precediera separación ó fracciona
miento de la escuadra bloqueadora.Los comandantes franceses, con el calor propio de su na
ción, hablaron en diversos sentidos, llegando alguno hasta á sentar la proposición de no ser cuestionable la salida, que daría por resultado la denota de les contrarios y la facilidad de cumplir lo que se ordenaba. Se significó especialmente el contralmirante Magon, refutando los argumentos del mayor general Escaño con poca conveniencia, tanto, que el pundo noroso brigadier Galiano quiso retractara algunas de las expresiones, acalorándose de resultas los ánimos. Visto el malsesgo de la deliberación, se levantó el general Gravina pi diendo se votase sin discutir más si debía ó no salir del puertola armada combinada. La votación dio resultado negativo, y, en consecuencia, se mandaron apostar las divisiones de buques menores en los puestos que antes ocupaban, con las tripulaciones y guarniciones de la escuadra, y se situaron losnavios en la forma conveniente *.
Pues eso, que no hace falta porque lo sabemos todos. Los franceses siempre....Instituto de Historia y Cultura Naval
XIV
LA ESCUADRA ALIADA EN CÁDIZ
1805
Pag19/20
Alcalá Galiano, que mandó el Bahama en Trafalgar. En el mes de Octubre de 1805 tenía algo más de diez y seis años; estaba en Cádiz, quizá á bordo del navio, y oyó de boca de su padre los pormenores del Consejo del 8 de Octubre que pone en sus Memorias.
«Villeneuve había convocado un Consejo compuesto de almirantes franceses y de generales españoles, al que fueron
llamados mi padre y D. Cosme Churruca. Aunque no eran más que brigadieres, merecían la distinción por la superioridad de conocimientos que daban gran peso á su parecer, con abstracción de su grado. Reunido el Consejo, fueron varias las opiniones. Mi padre sostuvo, con otros, que, según las probabilidades, si Nelson intentaba forzar la bahía para destruir á la escuadra, tendría que retirarse vencido coa gran pérdida, y que, por lo contrario, si salían, era casi segura la victoria de los ingleses, á causa de la superioridad de sus equipajes y de sus navios, sobre todo,maniobrando en alta mar. Entre los que fueron de opinión contraria, se distinguió el contraalmirante francés Magon, joven, con relación á su¿rado, valeroso, petulante y más olvidadizo de lo que suelen ser los de su nación. La disputa se acaloró, y el impetuoso francés llegó á mostrarse insolente. Mi padre no pudo tolerarlo, y en poco estuvo que el desenlace del asunto no se dejara á la fuerza de las armas en duelo sin-
»gular. Los otros miembros del Consejo consiguieron evitarlo.
Churruca había agregado que «las escuadras france-
»sas acostumbraban á asistir á los combates con parsimonia, mientras que los españoles se batían l.»
Marliani . La Batalla de Trafalgar pag 185 y Ferrer de Couto: El combate
de Trafalgar, pág. 122.
Ojo! En el documento a continuación se pone en duda estos echos por señalar a Churruca como un verdadero caballero, educado en sus formas y pausado en su forma de expresarse pero en el documento titulado “La escuadra aliada en Cádiz 1805” Del Instituto de Historia y Cultura Naval expone:
^Deduciremos del parte de Villeneuve que no hubo disentimiento en el Consejo ni se suscitó cuestión alguna, reuniendo absoluta unanimidad?
Esto nos parece que equivaldría á llevar las cosas demasiado lejos. Es muy posible que se cambiaran expresiones algo acentuadas entre los oficiales de las dos naciones. Siempre han existido incompatibilidades de humor entre el francés exuberante y el español grave. Las naturales diferencias de temperamento hallábanse en aquellas circunstancias exacerba
das por el espíritu de partido y por violentos contrastes de educación. Los franceses eran, en mayoría, oficiales de fortuna, que habían alcanzado sus grados durante la revolución. Tenían á las formalidades de cortesía mundana en igual desprecio que á la distinción aristocrática; conservaban el desdén revolucionario hacia los reyes, y no pecaban por exceso de devoción.
Francia estaba entonces en la cúspide de la gloria y del poder; eran ellos «marinos del Emperador»; contaban á su espalda con el gran ejército que iba á marchar á la conquista de Europa; era buena gente á la que podía tolerarse algún desvanecimiento de cabeza.
Reconocían lealmente la bravura de sus aliados, pero los consideraban como aristócratas, como supersticiosos, como gentes atrasadas en todo '.Por su parte los oficiales españoles se extrañaban grandemente de las faltas de educación manifiestas en el lenguaje y en las maneras de sus aliados: los juzgaban fanfarrones y vulgares y les mortificaban sus baladronadas y los aires de condescendencia de los más pulidos. Se escandalizabandel poco respeto de los franceses hacia los poderes de la tierra y aun delcielo. En fin, muchos oficiales españoles eran opuestos á la alianza francesa,
y repetían para sí el antiguo proverbio castellano: Con todos guerra,y paz con Inglaterra. Entre personas tan distintas en modales, en ideas y enprincipios, lo sorprendente hubiera sido que en discusión no chocaran de alguna manera”
Absolutamente de acuerdo camarada Orret, desde las Baleares a Las Canarias somos muy grandes, pero como dijo un sabio extranjero (no recuerdo el nombre, igual era francés) "La gente reconoce a los otros pueblos a través de sus defectos y no de sus virtudes"; una verdadera pena.Orret escribió:Somos de pata negra y de cada pata negra tenemos mucho que llevar con orgullo dentro de cada una de nuestras regiones sus caracteristicas brillantes a cada cual impresionantes! Desde Galicia hasta Las Canarias cada región aporta un cúmulo de riquezas sin igual!